Este viernes, 31 de mayo, se celebra el Día Mundial sin Tabaco, una fecha que tiene por objetivo concienciar a la población sobre los peligros asociados con el consumo de tabaco y sus efectos perjudiciales para la salud. Aprovechando este día, desde Especialista en cardiología queremos explicar por qué el tabaco es considerado un factor de riesgo cardiovascular significativo. ¡Descúbrelo!
Tabaco y su relación con las enfermedades cardiovasculares
El tabaco es una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares en todo el mundo. Fumar daña el revestimiento de las arterias, lo que puede llevar a la acumulación de placa y estrechamiento de las arterias. Además, la nicotina y otros químicos presentes en el tabaco aumentan la presión arterial y la frecuencia cardíaca, poniendo una mayor carga en el corazón. El tabaquismo también reduce la cantidad de oxígeno que llega al corazón, lo que puede provocar enfermedades del corazón, ataques cardíacos e incluso accidentes cerebrovasculares.
¿Qué factores de riesgo cardiovascular están asociados al consumo del tabaco? Aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades como la arteriosclerosis, la hipertensión y la trombosis. También interactúa con otros factores de riesgo cardiovascular como la obesidad, la diabetes y la falta de actividad física. Esto multiplicará el riesgo de sufrir una enfermedad del corazón.
Frente a esto ¿Qué se puede hacer?, ¿Cómo se puede reducir ese riesgo cardiovascular relacionado con el tabaquismo? Dejando de fumar. Si eres fumador o fumadora, te recomendamos dejar este hábito tan dañino para la salud, incluida tu salud cardiovascular. Cuando dejas de fumar, obtendrás enormes beneficios a corto, medio y largo plazo.
Beneficios de dejar de fumar para tu salud cardiovascular
- Reducción del riesgo de enfermedades cardíacas. Al dejar de fumar, se reduce considerablemente el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. Fumar es uno de los factores de riesgo más importantes para enfermedades como la arteriosclerosis, que puede llevar a ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Al decir adiós al cigarrillo, se disminuye la probabilidad de sufrir estos problemas graves.
- Aumento de los niveles de oxígeno. Fumar reduce la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno a los tejidos, lo que puede provocar fatiga y falta de aire. Al dejar de fumar, los niveles de oxígeno en el cuerpo aumentan, lo que mejora la capacidad pulmonar y la función cardiovascular en general.
- Mejora la circulación sanguínea. El tabaco afecta negativamente la circulación sanguínea al provocar la acumulación de placa en las arterias, lo que dificulta el flujo de sangre. Al dejar de fumar, las arterias se van limpiando y mejorando su función, lo que favorece una circulación sanguínea más eficiente y reduce la presión arterial.
- Menos probabilidad de coágulos sanguíneos. Fumar aumenta el riesgo de formación de coágulos sanguíneos, que pueden obstruir vasos sanguíneos y causar graves problemas de salud. Al dejar el tabaco, se reduce la probabilidad de que se formen estos coágulos, lo que contribuye a mantener una circulación sanguínea fluida y saludable.
¡Deja de fumar! Es la mejor decisión que tomarás para cuidar y mejorar tu salud. Y si ya has sufrido un infarto, sí o sí debes dejar de fumar. En caso de sufrir abstinencia, acude a tu médico o cardiólogo para que te puedan ofrecer tratamientos farmacológicos para dejar de fumar. Para más información sobre cómo afecta el tabaquismo al corazón, pide cita al cardiólogo Dr. Ignacio Plaza Pérez o llama al 619 521 442. ¡Da el paso hacia una vida más sana!