El pasado sábado, 17 de mayo, se celebró el Día Mundial de la Hipertensión, una fecha clave para concienciar sobre uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares: la hipertensión arterial. Se le conoce como “el asesino silencioso” porque puede avanzar sin mostrar síntomas durante años, hasta que se manifiesta en forma de un infarto, un accidente cerebrovascular u otra complicación grave.
¿Qué es la hipertensión arterial? La hipertensión arterial es una condición crónica en la que la presión que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias se mantiene elevada de forma persistente. Se considera hipertensión cuando los valores son iguales o superiores a 140/90 mmHg en repetidas mediciones.
El corazón y los vasos sanguíneos trabajan más de lo normal para mantener el flujo sanguíneo, lo que puede dañarlos con el tiempo. Esta presión sostenida es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.
Desde Especialista en cardiología te explicamos qué es la hipertensión, cómo detectarla a tiempo y, sobre todo, cómo prevenirla o mantenerla bajo control.
¿Por qué se le llama “el asesino silencioso”?
La hipertensión no suele presentar síntomas en sus fases iniciales, por lo que muchas personas no saben que la padecen. Puede pasar desapercibida durante años, mientras causa daños progresivos en órganos vitales como el corazón, el cerebro y los riñones.
- Cuando finalmente aparecen síntomas, pueden incluir:
- Dolor de cabeza persistente
- Mareos o visión borrosa
- Palpitaciones
- Sangrado nasal
- Fatiga o confusión
Estos signos suelen aparecer en etapas avanzadas o en situaciones de crisis hipertensiva, cuando el riesgo de complicaciones graves es alto.
Factores de riesgo de hipertensión
Puede tener un origen multifactorial. Entre los principales factores de riesgo se encuentran:
- Edad: más frecuente a partir de los 45 años.
- Antecedentes familiares de hipertensión.
- Sobrepeso u obesidad.
- Alimentación alta en sodio y grasas.
- Sedentarismo.
- Consumo excesivo de alcohol o tabaco.
- Estrés crónico.
- Otras enfermedades, como diabetes o insuficiencia renal.
Es importante tener en cuenta que incluso personas jóvenes y aparentemente sanas pueden desarrollar hipertensión.
Cómo prevenir o controlar la hipertensión
La buena noticia es que se puede prevenir y controlar con cambios en el estilo de vida y, si es necesario, con tratamiento médico. Estas son algunas recomendaciones:
1. Controla tu presión arterial regularmente. Medirse la presión, incluso si no se tienen síntomas, es la única forma de saber si está elevada.
2. Adopta una alimentación saludable. Reduce el consumo de sal (menos de 5 g al día), evita alimentos ultraprocesados y opta por frutas, verduras, legumbres y alimentos ricos en potasio.
3. Mantén un peso saludable. El exceso de peso aumenta la carga sobre el corazón y eleva la presión arterial.
4. Haz actividad física. Basta con 30 minutos diarios de ejercicio moderado (caminar, nadar, montar en bicicleta) para obtener beneficios cardiovasculares.
5. Limita el alcohol y elimina el tabaco. Ambos hábitos están asociados al aumento de la presión arterial y a mayor riesgo de eventos cardíacos.
6. Medidas para combatir el estrés. Técnicas de relajación, meditación o psicoterapia pueden ayudar a reducir la tensión emocional que afecta al sistema cardiovascular.
7. Sigue el tratamiento médico. Si tienes hipertensión diagnosticada, no suspendas la medicación sin indicación médica y acude a tus controles periódicos.
El papel del cardiólogo en el manejo de la hipertensión
El cardiólogo es el especialista en salud cardiovascular y juega un papel clave en la prevención, diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial. Acudir a su consulta no sólo es recomendable cuando ya se tiene presión alta, sino también como medida preventiva si existen factores de riesgo. ¿Cómo puede ayudarte?
Evaluación integral del riesgo cardiovascular. No se limita a medir la presión, sino que analiza tu historia clínica, antecedentes familiares, hábitos de vida y otros factores que influyen en tu salud cardíaca.
Diagnóstico preciso. En ocasiones, la hipertensión puede ser secundaria a otras condiciones. El cardiólogo puede solicitar estudios complementarios para identificar la causa y clasificar el tipo de hipertensión.
Diseño de un plan de tratamiento personalizado. Dependiendo del caso, puede incluir cambios en el estilo de vida, medicación o seguimiento conjunto con otros especialistas.
Seguimiento a largo plazo. La hipertensión requiere un control constante. El cardiólogo ajustará el tratamiento si es necesario y te ayudará a prevenir complicaciones.
¿Tienes hipertensión? ¿La sufre un familiar cercano? ¡No esperes más! Pide cita al Dr. Ignacio Plaza Pérez en su clínica de cardiología en Madrid. Te ayudará a mejorar el control de la presión arterial y también a reducir significativamente el riesgo de infarto, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular.