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Aterosclerosis: cómo afecta a la salud del corazón y sus manifestaciones clínicas

aterosclerosis

El segundo capítulo del Manual de Rehabilitación cardíaca lleva el nombre de la cardiopatía isquémica, infarto de miocardio y angina de pecho. Conceptos básicos. Ha sido escrito por el Dr. A. García García y por el Dr. I. Plaza Pérez.

Dentro de este capítulo se recoge una breve introducción donde se explica el funcionamiento del corazón, un músculo cuya función es aspirar la sangre de las venas y bombearla a las arterias para distribuirla a todo el cuerpo. Por medio de la sangre se transportan a todas las células los nutrientes y el oxígeno que estas necesitan para sobrevivir.

El músculo cardiaco trabaja de forma incesante. Para este trabajo necesita nutrientes y oxígeno que le llegan a través de las arterias coronarias. Hay dos arterias coronarias principales: arteria coronaria izquierda, que riega la parte anterolateral del corazón, y arteria coronaria derecha, que riega la cara inferoposterior. La arteria coronaria izquierda a su vez se bifurca en dos: la arteria descendente anterior y la arteria circunfleja.

A continuación, nos explican cómo la aterosclerosis, enfermedad coronaria, afecta a la salud de nuestro corazón y qué manifestaciones clínicas tiene.

¿Qué es la aterosclerosis?

La aterosclerosis es una enfermedad que afecta a las arterias en general. No solamente a las arterias coronarias, sino también a las arterias cerebrales, renales y arterias de miembros inferiores, entre otras. A medida que se desarrolla esta enfermedad, la luz de las arterias se va obstruyendo por la formación de depósitos localizados de colesterol, conocidos como “placas de ateroma”. El crecimiento progresivo de estas placas de ateroma puede obstruir la arteria, causando un déficit de riego sanguíneo al músculo cardiaco.

Los factores que causan esta enfermedad son: el tabaco, la hipertensión arterial, niveles elevados de colesterol y triglicéridos, la diabetes, obesidad, etc.

¿Cuándo empieza esta enfermedad?

Hoy sabemos que la ateromatosis comienza en las primeras décadas de la vida. Los estudios realizados en autopsias de jóvenes adolescentes que murieron en accidentes de tráfico, demuestran ya la presencia de placas de ateroma en las arterias coronarias en un 10%. Este porcentaje se incrementaba hasta el 30% entre los que tenían entre 30-34 años.

Se observó un mayor número de placas en los sujetos con factores de riesgo ya desde los 15 años; aunque esta asociación se hacía mucho más evidente a partir de los 25 años. Estos hallazgos evidencian el papel de los factores de riesgo cardiovascular en la aceleración del proceso de aterogénesis desde la segunda década de la vida y apoyan la importancia de iniciar la prevención en esas edades.

Manifestaciones clínicas de la enfermedad coronaria

La obstrucción de la arteria coronaria provoca una ausencia o déficit de riego del músculo cardiaco y, por tanto, un déficit de oxígeno. Al no recibir oxígeno el músculo cardiaco entra en isquemia, y si la isquemia se prolonga conduce a la muerte de las células musculares cardiacas.

La enfermedad coronaria o cardiopatía isquémica se manifiesta principalmente como angina de pecho y como infarto agudo de miocardio (IAM). En ambos casos se produce un déficit de riego sanguíneo al músculo cardiaco. En el caso de la angina la situación es pasajera y dura unos minutos. Sin embargo, en el infarto de miocardio se produce una ausencia prolongada de riego del músculo cardiaco, que conduce a la muerte (necrosis) de células musculares cardiacas.

A) Angina de pecho

Cuando una arteria coronaria obstruye parcialmente la luz del vaso, la zona del miocardio regada por ella no recibe la suficiente sangre y entra en isquemia (déficit de riego sanguíneo).

La isquemia miocárdica se manifiesta por un cuadro clínico conocido como angina de pecho: dolor opresivo generalmente en el centro del tórax, pero que puede irradiarse a los brazos, el cuello, la espalda y la mandíbula.

La angina con frecuencia se desencadena por circunstancias que requieren un aumento del trabajo del músculo cardiaco. El dolor anginoso suele durar unos minutos y cede con el reposo. Esta falta de riego suele ser transitoria, se mantiene mientras aumenta la actividad del músculo cardiaco, pero una vez que reduce su actividad necesitará menos riego y paulatinamente va desapareciendo la isquemia miocárdica y el dolor: la angina es pues una situación reversible y puede recurrir y aparecer de nuevo tantas veces como se den las circunstancias desencadenantes.

B) Infarto de miocardio

El infarto casi siempre ocurre de forma súbita e inesperada y no se relaciona con circunstancias externas desencadenantes, a diferencia de la angina de pecho que suele tener relación con la actividad física o el estrés emocional.

Los síntomas del infarto son similares a los de la angina de pecho: dolor centrotorácico que generalmente ocurre en reposo, que puede acompañarse de sudoración, náuseas y vómitos. Suele ser de mayor duración que en el caso de la angina y no se calma espontáneamente.

Cuanto mayor sea el tiempo que la arteria permanece ocluida, mayor será la extensión del músculo cardiaco muerto. Por ello es fundamental lograr la recanalización de la arteria obstruida. Hoy día se dispone de dos procedimientos para desobstruir la arteria:

  • Mediante un procedimiento llamado angioplastia que consiste en acceder a la arteria coronaria mediante un catéter que se introduce por la arteria radial del brazo, a nivel de la muñeca, o por la arteria femoral, a nivel de la ingle, y por medio del catéter se llega a la obstrucción con una guía que lleva en su extremo un balón que permite dilatar la arteria a nivel de la obstrucción y restablecer el flujo sanguíneo.
  • Cuando no sea posible la angioplastia, se debe proceder a desobstruir la arteria administrando por vía intravenosa un fármaco (fibrinolítico) que permite disolver el coágulo y restaurar el flujo sanguíneo.

En ambos casos es muy importante que el enfermo llegue lo antes posible a un hospital donde se le pueda aplicar alguno de estos tratamientos. Los beneficios más importantes se obtienen cuando el tratamiento se realiza antes de los 60 primeros minutos desde el inicio del dolor.

Para más información sobre la aterosclerosis, pide cita al Dr. Ignacio Plaza Pérez, especialista en Cardiología, llamando al 619 521 442 o a través de nuestra web.

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